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Hoy quiero presumir de mi pequeña higuera, que cuando llegamos de Irlanda nos recibió cargadita de higos pequeñitos, hizo tantísimo calor en verano que no engordaron por falta de agua pero estos días hemos tenido dos temporales y están de un hermoso...
Así que me cogí el barreño y como una niña fuí a recoger algunos para darme una buena zampada. No están muy dulzones porque ahora les hacía falta sol para poner a trabajar el azucar pero ni los pajaritos ni yo nos quejamos, están riquísimos! :D
Fijaos el solciño que estamos teniendo en este puente, ayer hizo tanto calor que a pesar de todo lo que tenemos que hacer dentro de casa no pudimos resistirnos y pasamos el día fuera en el jardín. Y es que no hace viento (cosa rara por estas alturas -800m-) y este calorcito nos quita ropa de abrigo que da gusto. Aunque el estar fuera también nos proporciona experiencias amargas, pues ayer vimos en los montes de enfrente, pasar un corzo saltando perseguido por perros. A la hora escuchamos un disparo y a mi se me heló el alma, mis peques fantasiaban con la idea de que el corzo viniera a refugiarse a casa buscando ayuda, ains.
Es increíble verdad? a estas alturas de octubre y recogiendo los primeros higos. Aunque ya el año pasado disfrutamos de un otoño primaveral, incluso acercándonos a Samaín.
