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Cuando marchamos de casa fueron viniendo uno a uno nuestros vecinos a decirnos adios, traernos un poco de chocolate, galletas para el viaje,... nos traían mucho amor para el camino y lo más bonito es que cuando marchamos de Irlanda nuestros vecinos también vinieron a decirnos a dios y a traernos un poquito de amor. Tom, nuestro vecino viejiño nos llenó de fruta, pasteles, galletas,... y nuestros otros vecinos, una familia polaca, vinieron a traernos chocolates (mi vasca preferida puede dar fé de lo ricos que estaban)Otra cosa maravillosa que me ha dado este viaje es unos amigos que casi me atrevería a decir, aunque no voy a hacerlo non vaia se-lo demo, que son ya casi familia. Un tesoro hay en txakusine! También allá nos llenaron de amor para el camino y para los próximos meses :D
También ha acabado con TODA mi celulitis!! esto todavía no me lo creo, gensanta!! al menos perdí una talla, eso sí, no sé cuánto tardaré en recuperarla porque ¿quien puede resistirse al jamoncito ibérico que me tenía mi papi? ¿o a los chorizos do país que hicimos hoy en la barbacoa? ¿O al churrasco de hace dos días? Y lo próximo una caldeirada de rape, por diós cuánto hemos echado de menos el pescado! parece mentira que siendo Irlanda una isla apenas coman pescado. Esto ha sido una de las tantas cosas que nos han llamado la atención, además el pescado lo venden fileteado, casi no sabes ni lo que compras pero creo que mejor porque cuando lo vimos entero, quedamos asustados de su poca frescura, vamos, que ni Ordenalfabetix :D
Esta es la parte de la isla que hemos recorrido y creo que el resto ya no lo vamos a conocer, aunque quien sabe?
Estamos felices de estar en casa pese a todo lo que supone la vuelta. Gracias por haberme acompañado en estos meses y por perdonarme mis ausencias.
